A sus 14 años, con una sonrisa gigante y un par de ojos expresivos, Moises Rivera, irradia felicidad a pesar de todos los problemas de salud que enfrenta.
Por: Valery Gómez –www.elambito.com
Cuando tenía 18 meses, a Moisés le diagnosticaron parálisis cerebral espástica, una noticia que cambió completamente la vida de su madre, Edilsa Tobío, quien se olvidó del resto del mundo para dedicarse exclusivamente a su hijo.
Hace varios años, Edilsa tomó la decisión de dejar su hogar en Corozal, Sucre, en busca de una mejor calidad de vida para Moises, ya que en este municipio no había centros de salud que contaran con especialistas que pudieran atender al menor.
Sin embargo, Edilsa llego a Barranquilla y se enfrentó con una dura realidad, en esta ciudad sí había todo tipo de especialistas referentes a la enfermedad de Moises, no obstante, para que las EPS cumplieran con las citas, tratamientos y beneficios debería enfrentarse a una dura pelea.
Por medio de tutelas, Edilsa logró que a su hijo lo valoraran diferentes especialistas, recibió terapias fisioterapéuticas y hasta el momento todo iba bien.
Según ella, con el pasar de los años, la EPS se fue volviendo más incumplida, los medicamentos de Moisés no llegaban a tiempo, le quitaron las terapias e incluso las citas médicas eran escasas.
La imagen de su hijo caminando, jugando fútbol, riendo y utilizando un computador, se fue desvaneciendo en su memoria, ya que con el tiempo Moisés entró en un retroceso, donde perdió su movilidad, el control cefálico y muchas habilidades que había adquirido.
Hoy, Moisés tiene una desviación en la columna de más de 38 grados, la cual fue avanzando, mientras Edilsa se dirigía todos los días a Comparta EPS para pedir una cita con un ortopedista, la misma que le dieron pero seis meses después.
Ahora, Moisés no recibe terapias de ninguna clase, perdió el control de su cuerpo, ya no escribe, no juega y tiene un pulmón afectado por la desviación de su columna.
Su madre es una mujer humilde, cabeza de familia, quien ha entregado su vida al cuidado de su hijo y quien además padece un trastorno de ansiedad y depresión.
Por este trastorno, Edilsa debe estar acompañada de una enfermera que pueda atender a Moises, mantener su higiene postural y darle los alimentos.
“Yo a veces por el mismo trastorno, me confundo y en vez de colgate le pongo otra crema como la crema antipañalitis, yo soy una paciente psiquiátrica y no puedo ciudar a Moisés sola”, afirmó Tobío.
Entre lágrimas, Edilsa nos contó su historia y nos manifestó que le duele inmensamente ver cómo se esfuman las posibilidades de que su hijo pueda ser un niño normal.
Según ella, todo lo que le ha venido sucediendo a Moisés es culpa de la EPS, pues no le han prestado un servicio de salud oportuno y por el contrario, cada vez le ponen menos atención a sus solicitudes.
Comparta EPS es la encargada de los servicios médicos para Moisés, sin embargo, le manifiestan a Edilsa que no poseen un ortopedista pediátrico, tampoco un neurólogo pediátrico, que son los aptos para valorar a Moisés, pues es un niño en crecimiento.
Los días pasan y Moisés permanece tendido en una cama, con la columna desviada y a la espera de que su EPS se conduela y lo ayuden a recuperar las esperanzas de volver a ponerse de pie, caminar y jugar con su madre.
Lo que esta madre pide es siemple, un derecho innegable, Moisés necesita una vida digna y una esperanza para vivirla.