El sonido de la caracola anuncia el llamado ancestral de la selva. El sonar de los cascabeles ambienta con ritmo el surgir del animal. Al ritmo del tambor se danza con esplendor, al salir el sol el animal surge del interior.
Por: Daniel Loaiza y Andrea Zúñiga – www.elambito.com
En medio de la enramada se cuela un sonido que cuenta la historia de una comparsa que tiene la tradición arraigada en la piel.
La caracola emite el sonido que convoca. Llegan hombres y mujeres vestidos con la pasión por la tradición, después el maquillaje se apodera de sus cuerpos, las máscaras encajan en la fiereza con la que defienden lo que han convertido en historia y los tambores emanan del mano a mano de los cueros la música que se mueve al ritmo de una cadencia que hace rendir a sus pies el cemento de los desfiles.
Galapa es un pueblo del Atlántico donde el arte, la naturaleza y sus gentes están vinculados en un solo ser y con ellos vive un pedazo de África. En la calle 13 con carrera 13 está ubicado el hogar de la arcilla y el papel maché. Allí también vive José Llanos, el padre de Selva Africana, una comparsa que con hombres y mujeres de piel tintada de amarillo, blanco y naranja al ritmo de la música alegran no solo un pueblo o una calle, sino un carnaval entero.
El rey, no sólo de la selva, también el del bicentenario del Carnaval de Barranquilla, José Llanos Ojeda, fundó y ha preservado la tradición africana, no sólo por sus máscaras, sino por hacer algo diferente dentro de la tradición carnavalera.
Llevando consigo a África, las máscaras, el maquillaje y los disfraces reflejan su arte, su cultura y su folclor; en las calles de Galapa un pedazo de tradición africana vive con nosotros. “…la importancia de Selva es la representación que llevan los animales, o sea que vamos de acuerdo a lo que es la fauna africana”, afirma José Llanos.
José también es el rey de la imaginación. A diario pone a volar su fantasía y montado en el avión de los deseos y con la visa que le dan los años dedicados a una tradición, este hombre sin pisar África ha recreado cada momento y con el impulso de mantener el legado, cada año hace del cemento de los desfiles de Barranquilla terreno fértil de la preservación.
En Selva Africana el legado perdurará indomable y a través de las danzas nuevas generaciones nacerán. Los niños son el principal motivo de salvaguarda de tradición en la comparsa, a través del arte y la danza los pequeños viven una experiencia nueva de aprendizaje. “… De ahí nace la inquietud de los niños por salir y preservar esa modalidad que es la danza, que es la comparsa y que es la puesta en escena.” expresa José Llanos.
Selva Africana es amor, unión y cultura; es baile, arte y creación; preserva la tradición, mantiene vivo su legado y crea recuerdos.